El sueño y yo hemos reñido esta noche. La misma noche en la que un gato bebé decidió venir a maullar a mi puerta, pensé quedármelo, recibirlo en mi casa y saciar así mis ansias de poseer.
Quisiera hacerme el amor a mí misma
Cierro los ojos e imagino, casi logro sentir, cariño y empatía por Magdala; afinidad por sus sueños, solidaridad con sus deseos...