A finales de abril, mi amigo Hugo Ugalde, amigo entrañable y antiquísimo, me tomó estas fotos en Calzada de Tlalpan. Ese mismo día (no recuerdo la fecha exacta, sólo que era miércoles) me encontré con mi amado cómplice de los últimos 6 años en la sala de espera de la terapeuta que seguimos compartiendo. El encuentro para mí fue contundente, por inesperado, pues aunque yo había imaginado miles de escenarios, miles de reacciones para nuestro reencuentro, nunca había pensado en ese espacio y en ese tiempo. Justo ese día comprendí que el amor también puede ser unilateral y cuando así sucede, ya no puede haber ningún tipo de relación concreta, únicamente idealizaciones.
Yo sigo intermitente, sigo sin decidir entre permanecer o quedarme, entre esperar o no algo que ya no quiere ser esperado. Así mi caso...
Por cierto, la serie se llama: LA DIVA DE LA PORTALES
Aquí, comparto las imágenes.
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