domingo, 24 de abril de 2011

Fedra y otras griegas. De Ximena Escalante. Fragmento

ARIADNA: ¿Cosas de mí? Mírame: esto soy. Esta es mi cabeza, ¿sabes qué es la cabeza?: es un órgano que todo el tiempo hace un ruido insoportable. Seguramente crees que sirve para pensar, pero no, no creas eso, no sirve para pensar, sirve para hacer ruido. Este es el corazón, ¿sabes lo que es el corazón?, ¿sabes que es un órgano que palpita? Su constante ta-ta-ta-ta ta me recuerda que estoy viva, porque a veces se me olvida, ¿a ti no?. Es horroroso tener en el cuerpo órganos que hacen ruido y que laten.  Estas son mis manos, míralas, míralas bien, fíjate cómo tienen amnesia, no saben qué hacer. Este es mi pecho, uno y dos, está dividido. No funciona, no sé por qué lo tengo. El estómago está deshecho, sí, se apretó tanto que reventó. Riñones, hígado, vesícula y todos esas cosas que están adentro, pues están ahí, esperando, pasando el tiempo. Este es mi sexo, me imagino que sabes muy bien  las incomodidades que ocasiona, a  mí, por ejemplo, me traiciona. Bueno, las piernas y los pies sostienen todo. Mi lengua, mírala, ácida. Y ya, no hay más. No sirvo. No sirvo porque, además de todo, tengo un dolor insoportable. ¿A ti te duele? ¿Alguna vez has sentido sentimiento de sentir? Si crees que es algo que viene y se va, estás equivocado, porque no es así, el dolor ni viene ni se va, está siempre. Naces con él. Lo tienes.  Puedes creer que sientes dolor por una pérdida, o puedes creer que sientes dolor por un abandono, o puedes creer que sientes dolor por no  ser capaz de cambiar las cosas, por no ser capaz de partir en minúsculos pedacitos tu desgracia. Pero no, no es así. Una vez que sientes el dolor, ya no importan las razones, lo sientes, puedes ponerle los nombres que quieras,  pero el dolor está y punto.

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