domingo, 10 de abril de 2011

En eso del café y los cigarros.

Yo quería o quiero escribir tesina.
 Pero mi mente está atascada de pensamientos revueltos y ansiosos. Entonces decidí prender la cafetera y un cigarro que seguramente acelerarán mi ritmo cardiaco y volverán díficil y tormentoso el acomodo de mis ideas.
Ayer vi a Caifanes, pensé que no eso no iba a pasar, cuando era niña escuchaba los casettes de mi tío y recuerdo mucho esa línea de "perdí mi ojo de venado" y me conflictuaba, no la entendía, mi imaginación trataba de generar la imagen pero no alcanzaba a llegar y recuerdo a mi tío cantar con los ojos cerrados para después incitarme a bailar.
Hoy, esa niña, no se ha ido del todo, busca a veces la protección que le generaba el cuarto-estudio de su tío pintor, el queso philadelphia untado en pan blanco en casa de la abuela, la sensación de pertenencia y cobijo. No encuentro las palabras, Magdala querida, para decirte que aquí estoy yo contigo.
Esto se detonó por Caifanes, pues ayer, entre el éxtasis del concierto y la compañía de mis amigos comprobé una vez los lugares comunes que nos conectan como humanos, las letras y la música me hicieron pensar en eso, en huecos, en vacíos, en espacios donde faltan piezas, en manos que extrañan roces, en miradas que no coinciden.
Han pasado meses, no sé bien cuantos y ayer te vi, de espaldas, con camiseta rosa, con el cabello más corto, con el peso sobre tu pierna izquierda, frotándote la barbilla. Iba a buscarte, iba a verte, Y te encontré de la manera en que estamos ahora, tú de espaldas y yo caminado detrás, como la eterna enamorada, tocando el violín desde el cementerio para aderezar tu sueño.
Y no sé, ya no sé si te extraño o si soy co-dependiente.
Pensaba que muchas de las frases de Saúl Hernández ilustraban lo que yo siento ahora, que todo eso podría enviarlo en una carta con tu dirección y pensaba y pienso sobre todo, que debería de hacer algo menos pasivo para capitalizar mis inquietudes. Traducirlo, sudarlo, poner metáforas tan poderosas como:

Cuando me muera y me tengan que enterrar
quiero que sea con una de tus fotografías
para que no me de miedo estar abajo
para que no se me olvide como es tu cara
para imaginar que estoy contigo
y sentirme un poquito vivo 



Esto es una espiral, es un sentimiento por el que ya he transitado al pasar de los meses y paradójicamente no es el mismo. Nada es igual pero todo se parece, el miedo no me paraliza y sigo caminando poco a poco, a veces con odio, a veces con dolor, a veces con gusto, a veces con todo, a veces con expectativas, a veces pesimista. Hay que guardar silencio, a veces hay que callarse un rato. Hacer eso que tanto disfruto que es tirar la "weba", hoy no voy a enumerar los própositos optimistas y emprendedores sobre cambiar mi vida, sobre bajar de peso, sobre terminar la tesis y titularme, porque en ese enlistado pierdo el tiempo, se me va el aire y luego al comparar los resultados, parece que nada se ha logrado. Mejor me callo y actúo, mejor, como en el entrenamiento, me voy a correr todos los días y en el mejor de los casos, resulta que el crónometro baja, que mis piernas se tornean, que mi resistencia cardiovascular mejora. El tiempo, el tiempo, el tiempo....que algunos elogian y lo llaman "sabio", hoy pienso que es inevitable. Un poquito de disciplina, una frase al día que me ayude a terminar esta segunda tesina, una taza de café menos al día....

pd. Me malviajan las hormigas en mi casa. Son numerosas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario